Uno de los desafíos al que se enfrentan muchas almas que encarnan en la época moderna es el de aprender a regular la vida sensoria. Con el advenimiento de la era tecnológica, el alma se ve literalmente bombardeada por innumerables impresiones sensorias, todo lo que uno ve, escucha, gusta, huele y toca durante un solo día puede resultar realmente abrumador. La higiene del alma requiere que estas impresiones sensorias sean asimiladas, de lo contrario sobrevendrán la congestión psíquica y la paralización nerviosa. En otras épocas, los que querían tener un desarrollo espiritual procuraban lejanos ambientes y condiciones de vida ascéticas que disminuían la estipulación sensoria y liberaban el alma para que se dedicara al trabajo espiritual elevado. La esencia Dill ayuda a armonizar la vida psíquica dentro del contexto de la diaria labor y la vida moderna. Con la ayuda de Dill, el alma aprende no solo a discriminar y clarificar las experiencia sensoria sino, lo que es aún más importante, permite que la vida sensoria se convierta en un vehículo de iluminación. En lugar de ser sometidos o adormecidos, los sentidos pueden ser refinados y clarificados para tornarse más luminosos y transparentes. De este modo, el alma moderna puede desarrollar un nuevo tipo de clarividencia y percepción interna. La esencia Dill asiste al alma en el proceso de transformar los sentidos abrumados en la capacidad de percibir el mundo sensorio como una manifestación de arquetipos espirituales.